Torre de la UPR de Río Piedras
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Todo es expectativa. Este miércoles la comunidad universitaria del Recinto de Río Piedras, liderada por los estudiantes, marchará a las 10 de la mañana desde la Torre del Recinto hasta las oficinas de la Administración Central de la Universidad de Puerto Rico (UPR).
Estas oficinas están localizadas en las facilidades del Jardín Botánico, el mismo lugar donde el Presidente de la UPR, Antonio García Padilla, demuestra su "buen gusto" bebiendo vinos caros y comiendo carne "angus" a cuesta del dinero del pueblo. Ya los profesores de la Asociación Puertorriqueña de Profesores Universitarios se unieron a la protesta; también los trabajadores de la Hermandad de Empleados Exentos No Docentes y el Sindicato de Trabajadores de la UPR.
La convocatoria: detener la privatización en la UPR. Este es un problema que le afecta a toda la comunidad universitaria. Claro, excepto a los dos o tres administradores del sistema que se sientan en grandes y cómodas sillas en sus oficinas y no sufren de los hongos en el aire, ni del asbesto en las paredes. Por culpa de la privatización a los trabajadores de la universidad los desplazan con la subcontratación; venden las facilidades al peor postor; y el costo de estudio aumenta cada día más.
Mientras tanto, lo único que a dicho la rectora Gladys Escalona es que está indignada por dos o tres pasquines en las paredes. Raro sentido de indignación tiene la rectora: le molesta un pasquín pero no se indigna con que el Teatro, símbolo universitario de miles de estudiantes durante la historia del Recinto, esté cerrado desde hace años por la ineptitud administrativa. Tampoco se indigna con el asbesto en los edificios que está matando poco a poco a los estudiantes, profesores y trabajadores. Menos indignación le causa que la Biblioteca José M. Lázaro no funcione (ya perdí la cuenta de los años que lleva cerrada), ni que el Museo se esté cayendo en cantos por culpa del Tren Urbano.
De seguro que el semillero de corrupción, mejor conocido como Plaza Universitaria, tampoco les causa estrés a la rectora ni al presidente. No les debe molestar los miles de dólares robados, ni el que por culpa de la privatización, la UPR no puede decidir qué hacer con ese elefante blanco porque el control de la placita está en manos privadas y "colmillúas". Total, ellos son blancos y se entienden...
Así que lo único que resta por hacer es tirarse a la calle. Por eso marcharé este miércoles, y por eso invito a toda persona, que tenga un sentido de indignación verdadero, a que marche con nosotros.
El Director Recomienda
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